TRISTEZA

Tristeza rima com delicadeza.

Tristeza, também rima com a gélida frieza, num rosto  que se veste com a fria delicadeza,

e expressão de uma face tom pastel e sem vida.

De tão triste o sorriso,

este é engolido pela lágrima e desespero.

De tão dolorido, o corpo,

se encolhe, em gemidos,

que ensurdecem o coração e congelam a alma.

Triste é a tristeza,

que se fantasia de alegria,

com o único e exclusivo objetivo de enganar, aquela que te faz curvar-se para dentro de si mesmo.

A Tristeza...

O que escrevo, costuma ter final feliz,

dar esperança,

fazer-te voltar a ser criança.

Voltar a sorrir abertamente, não importa o número de dentes, ou a face do vivente.

Pois, lhes direi então,

sem medo ou ilusão.

A tristeza e a felicidade são apenas sentimentos, sejam eles bons, não tão bons ou ruins.

Sendo assim, meus amigos,

estes passam.

Pousam no teu ombro,

e após uma ou outra parada, voam, e novos sentimentos, nos teus ombros pousarão.

O tempo da parada, só Deus sabe, mas voarão, quando chegar a hora da partida deles,  ou do teu vôo, pois assim como os pássaros dos sentimeros, tua alma também viajará para outras pousadas.

En español

Tristeza

La tristeza rima con delicadeza.

Tristeza, rima también con tristeza y frialdad helada, en un rostro que se viste de fría delicadeza,

y expresión de un rostro pálido y sin vida.

La sonrisa es tan triste

esto es tragado por las lágrimas y la desesperación.

Es tan doloroso el cuerpo

encoge, gime,

que ensordecía el corazón y congelaba el alma.

Triste es la tristeza

para vestirse de alegría,

con el único y exclusivo propósito de engañar al que te hace inclinarte hacia adentro.

La tristeza...

Lo que escribo suele tener un final feliz

dar esperanza,

hacerte un niño de nuevo.

Vuelve a sonreír abiertamente, sin importar la cantidad de dientes, ni el rostro del ser vivo.

Bueno, te lo diré entonces

sin miedo ni ilusión.

La tristeza y la felicidad son solo sentimientos, ya sean buenos, no tan buenos o malos.

Entonces, mis amigos

estos pasan.

Aterriza sobre tu hombro

y después de una u otra parada, se van volando y nuevas sensaciones aterrizarán en tus hombros.

La hora de la parada, sólo Dios lo sabe, pero volarán, cuando llegue la hora de su partida, o de tu vuelo, porque al igual que las aves de los Sentimeros, tu alma también viajará a otras posadas.

Rafael Machado Kluwe